Amarás al Señor tu Dios sobre todas las cosas y a Él solo adorarás.
Y luego se dividió en miles de millones
de pequeños dioses.
Desapareció riendo con todas esas piernas
y dejó al hombre erigir dioses pequeños
y derrocarlos
adorar a los malos y a los buenos
mientras el Señor vestía el oro de harapos
y los harapos de oro
mientras las víctimas y los verdugos
se intercambiaban las ropas
en los hediondos laberintos de los urinarios.
Y lo peor fue para las mujeres.
Todos esos dioses a los que adorar y servir.
Todos esos pequeños dioses a los que educar y forjar.
Con la ira de la impotencia y la venganza
escondiendo espadas y jabalinas
en leñeras y despensas y bajo los colchones de los niños
revólveres invisibles
en los depósitos de armas del corazón y de la mente.
Sun Axelsson en Allt levande (1981), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
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