Olvidado papel, fresco agujero al corazón
Lezama Lima
(estancia)
sea la frente el único recinto
donde domine el viento donde señale el corazón latente
pura la sangre golpeará entre las manos
olvidando la gracia corta y la mirada
existen trazos ágiles como las alturas
—monte el caballo griego aquella espalda
para apresar el agua nueva o el silencio—
existen trazos diáfanos al igual que las lanzas
que el fuego alimenticio que la tarde
sea tal fuego algún misterio auténtico
que perdure en los brazos
mientras exista la mirada como fuerza
sea pues la fresca estancia
y hágase el hierro en la mejilla
II
La mano que por el aire líneas impulsaba
Lezama Lima
(pasión)
descendía la mano hasta el cándido cielo
proclamando el viento y la palabra
los dedos como nieblas macizas
entornaron las fauces despiadadamente
mostrando un azul clausurado
—el aire esparcía su vientre en los cabellos de la muerta
su imagen quedó tensa—
descendía la mano hasta la bóveda rocosa
sin conocerse apenas
y adjudicaba aquel dolor placiente
en los cabellos muertos
habitaba un relámpago encima del crepúsculo
III
y el rostro huido en frío rumor
Lezama Lima
(fábula)
durante el alba acuosa
aquel ojo escondido ante la flecha y la máscara dura
ante el limpio metal ante el rumor
hace llegar las voces a una muerte imprecisa
y vuelca un estampido
una desierta luz emerge natural
del rostro blanco y alineado
deteniendo la curva más ingrávida y tenue
—la imagen vuela erguida—
deteniendo la garganta sinuosa
firme resuena entonces en el cielo
el ala más huida
el ala más cargada de labios
Nancy Morejón, incluido en Nueva poesía cubana (Ediciones Península, Barcelona, 1970, ed. de José Agustín Goytisolo).
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el cielo y la desfachatez de Lezama Lima en el aire, en la mano, en la voz prendida de los labios...
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