correctamente etiquetadas y expresadas, colonias,
no son paradigmáticas, no sirven como recursos o ilustración de lo que
nos sucede
constantemente. No consiguen tampoco
crear un guión de nuestras actitudes: nos ponemos loción
y salimos; en el ascensor ya somos una incógnita
nueva, manchados por las dudas, o la desconfianza
ante un perro cuya mirada no puede comprenderse. Una mancha
de aceite, en la calle y un frasco de aceite, más tarde, en el supermercado
establecen una relación necesaria; mentalmente
podemos regresar sobre esos datos: para imitarnos,
eliminamos las magnitudes despreciables; nos perfumamos
con actos improvisados, implorando
que ningún Jack Russell intente frotarse en nuestra pierna
mientras bajamos desde el 5º piso —y llamamos a esto
decisión: al parecer, compramos ese ticket
como quien adquiere una cadena infinita de consecuencias. Pero
no: el reverso, la frase se nos escapa y otra vez
reencarnamos en nuestro propio tránsito, aunque
éste no exista. La página que escribo ya dejó de existir, o bien
tenemos problemas con el navegador, interrumpidos
siempre por el ruido que hacemos al quitarnos las manchas, intentando
recuperar alguna apariencia tras hacer el amor
con un perro, o quedarnos callados, fumando, con los dientes
perfectos, cuando llega un mensaje
y transforma por un momento algo importante
en algo irrelevante, y no lo percibimos—.
Aníbal Cristobo en Krakatoa (2012), incluido en Penúltimos 33 poetas de Argentina (UNAM, México, 2014, selec. de Ezequiel Zaidenwerg).
Otros poemas de Aníbal Cristobo
Cielo del siamés
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
dibujo de un caos cotidiano...
ResponderEliminarIntrigante e interessante poema .
ResponderEliminarGosteiiiii