Y el fuego de la tarde ya no tiene esperanza
Aquel verano la hemorragia fue silente
Y la luz enterraba al mantillo
Era como una risa idiota bajo el yeso,
Cuando ya no se ríe pobre carne,
Un diente puro en lo más claro del espacio
¿Y qué botín fue aquel, colmado, a rebosar?
¿Qué flor frotada por el hierro junto a nuestros oídos?
Arrasábamos, por plácidas colinas,
En el desierto. Sólo se oye el clamor
De los osariosel mantillo es carnívoro.
Nimrod en Tránsito al infinito (1999), incluido en Letras libres (Edición para España, febrero de 2003, selec. de Landry Wilfrid Miampika, trad. de Javier del Prado).
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poderoso poema...
ResponderEliminarImpresionante!!!!
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