El corazón me late violentamente como una ametralladora,
de noche. (Viejas dolencias que me nacieron aquella vez del hambre, durante seis años;
los dormitorios de mala muerte, las noches
caminando, los amigos que fallan,
los insecticidas y el maldito Seguro;
la venta de sangre
para la guagua del siguiente clasificado;
las pequeñas, desesperadas
astucias, y vuelta al quicio, al banco
debajo de las estrellas.)
El médico dice que no es nada,
que si el cigarro, que si el neurovegetativo,
que si los poetas («¿Va usted al cine
los martes?»). En fin,
que los médicos nos creen idiotas.
Pero eso y mi corazón me importa un pito.
La Revolución es lo que me preocupa.
El héroe del trabajo que aún no he sido,
el amor que me queda dentro,
mis hijas, que no me lo perdonarán nunca.
Rafael Alcides, incluido en Nueva poesía cubana (Ediciones Península, Barcelona, 1970, ed. de José Agustín Goytisolo).
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Polémica
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el amor que se queda dentro......el amor preso debe ser liberado. Bello poema. Gracias
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