con el siamés; “siamés, vamos a Nuevo
México, quiero ver cómo se arruina
el óxido en el sol, y el
desierto de días, un
cactus”. Cada uno de nosotros
lleva el rozar de sus piedras
en la mano, compara
el método de sus mejillas en la isla del miedo. Yo
soy así, y también
puedo ser como vos, fracasar
al morder una
pera, o cualquier
galletita. Siamés, llevame lejos, contame
en el oído cuál es tu posición
en este cielo blanco
del navío; y del hablar, decime
cada repetición de
tus palabras, adónde te
conducen—.
Aníbal Cristobo en Krill (2002), incluido en Penúltimos 33 poetas de Argentina (UNAM, México, 2014, selec. de Ezequiel Zaidenwerg).
Otros poemas de Aníbal Cristobo
Una objeción
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: