es la sepultura de mi amor, cubierta de hierbas,
en un valle de mi pueblo natal.
Y sólo unas lágrimas oscuras que caen sobre ella.
Sólo el cielo de mi pueblo
que entra por la mar de mis ojos.
Sólo el bello azul aguado del cielo
como el color olvidado de la cerámica de la dinastía Li.
Desde lo profundo del abismo celestial
me llega un sonido sin sonido:
¿por qué tardaste, de dónde vienes?
Sólo el Espíritu de mi amor, sin carne, sin hueso,
que viene gritándome.
Seo Jeong-ju, incluido en Poesía coreana en España (Prometeo Digital, Internet, 2006, selecc. de Pío E. Serrano, trad. de Kim Hyun Chang).
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