así, por la palabra, por la maquinaria ruidosa de la palabra, las hago canciones sin tiempo.
Y voy arando de inmortalidad el día grandioso.
Mi carne es guitarra, mi sangre es tonada y mis huesos son cantos parados.
Percibo el devenir mundial como imagen, sólo como imagen,
siento, pienso y expreso en imágenes irremediables
la lógica matemática de los fenómenos de los fenómenos;
y mi condición estéticodinámica crea el universo
a la manera formidable de los espejos despedazados.
Hombres y máquinas y hombres
viven y mueren en mis poemas acumulados
la forma tremenda del sueño.
Soy gesto, soy violencia, soy mundo elocuente;
además, no tengo sentido conceptual,
o ando disperso y movible por adentro de la belleza acuartelada,
lo mismo que el pensamiento en las arterias,
y también como Dios, sí, como Dios en el alarido del hombre sublime;
sin embargo, me veo viéndome
con la mirada espectacular del análisis.
Palomas de cemento,
se me caen del traje rodante las epopeyas.
No conozco, digo,
no defino, nombro,
agrando la naturaleza;
expreso;
detrás, allá detrás de mi corazón, aúlla la nebulosa.
Pablo de Rokha en U (1927), incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).
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Introspección ontológica...
ResponderEliminar'y mi condición estéticodinámica crea el universo
ResponderEliminara la manera formidable de los espejos despedazados.'
Pablo redefine a Góngora, en efecto, a la manera formidable de estos entresacados versos...
Magníficamente elaboradas estas palabras.
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