A Febo de rubios cabellos al que la hija de Coos dio a luz
tras de unirse al Crónida ilustre que mora en las nubes.
Y Artemisa hizo el gran juramento que hacen los dioses:
«Juro por tu cabeza que seré siempre virgen indómita,
y viviré cazando sobre las cumbres de los montes agrestes.
Así que, vamos, consiente en esto y dame esta gracia».
Así dijo. Y al punto asintió el Padre de los dioses felices.
A la doncella «Montaraz cazadora de ciervos» la llaman
los dioses y los hombres con digno sobrenombre.
Y Eros que el desmayo produce, a ella no se acerca.
Alceo de Mitelene, incluido en Antología de la poesía lírica griega (siglos VII-IV aec) (Alianza Editorial, Madrid, 2001, selec. y trad. de Carlos García Gual).
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Helena y Tetis
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Magnífica introducción a lo mítico
ResponderEliminarSi, es bella esta escritura.
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