Vientos dormidos con pureza sobre los partos del mar, ¡hambres!, como una espina obstinada en los párpados de un rey.
Detrás del horizonte hay un ladrón bañado en lágrimas, un príncipe del sol.
Julio Llinás en La ciencia natural (1959), incluido en Antología de la poesía surrealista latinoamericana (Editorial Galache, México, 1974, ed. de Stefan Baciu).
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