A Guillermo de Montagú
La ciudad se despierta... Vibra el pito
de una locomotora que jadea,
y el hálito de cada chimenea
nubla del éter el azul bendito.
De cada callejuela surge un grito:
en el café se charla y se vocea;
en el altar el incensario humea
y el sol baña de luz el infinito.
Un gallo canta en la extensión distante...
Cruza un carro, premioso y vacilante...
Pasa en su coche el viejo cirujano...
Los niños... el periódico... la escuela...
Y de repente un pájaro que vuela:
el do re mi fa sol en cada piano.
Bonifacio Byrne, incluido en Antología de la poesía cubana (Verbum Editorial, Madrid, 2002, ed. de José Lezama Lima).
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Precioso poema que dibuja el paisaje citadino y el cantar de las aves
ResponderEliminarMuy vibrante.
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