Vuelve a ser, mi laúd, lo que eras antes,
cuando en umbrosa cueva ibas creciendo con tu verde madre
cuando no te agitaban sino vientos desnudos de armonía,
y sobre ti los pájaros trenzaban sus gorjeos.
Pues ya la amada voz que a tu son se acordaba,
y en tan dulces acentos se vertía,
arrebatada de la tierra suena en altas esferas,
¿puedes ser algo más que proveedor de penas?
Al desmayado oído no sean dulces notas ya tus notas,
sino quejidos huérfanos; arranca
cada pausa un suspiro, cada acorde una lágrima.
Vuelve, pues, al silencio antiguo de tus bosques.
O si acaso una mano se dignara pulsarte,
como tórtola viuda, su pérdida lamenta.
William Drummond en 121 Poems (1616), incluido en Poetas ingleses metafísicos del siglo XVII (Editorial Acantilado, Barcelona, 2000, selec. y versión de Blanca y Maurice Molho).
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Muy bello. Torna a la intencion de la musica...
ResponderEliminarSonoro, el poema.
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