Dime de grado, Amor, si estos mis ojos
de veras ven a la beldad que aspiro
o si va dentro en mí, y a donde miro,
veo esculpido entonces su rostro.
Tú lo debes saber, pues que con ella vas
a arrancarme la paz y darme enojo;
mas perder no querría un mínimo suspiro,
ni pedir otro fuego de más breve ardor.
—La belleza que ves en verdad está en ella,
pero crece al subir hasta un lugar mejor,
y por los ojos mortales viene al alma.
Ahí divina se vuelve, honesta y bella,
pues semejante a sí es todo lo inmortal:
Y ésta, no aquélla, se llega hacia tus ojos.
Michelangelo Buonarroti, incluido en Antología esencial de la poesía italiana (Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1999, selecc. y trad. de Antonio Colinas).
Otros poemas de Michelangelo Buonarroti
Rimas (X, XVI, XXIX, LXXIII)
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muy bello los ojos la inmortalizan
ResponderEliminarY siendo de quien es seguro que ha quedado inmortalizada, si.
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