¡Qué afán traes por romper
De tu jaula las prisiones,
Para las alas tender,
Y en el espacio perder
Tus amorosas canciones!
La libertad te quitaron
Los hombres con saña fiera;
Y, si la voz te dejaron,
Fue porque ciertos quedaron
De que eras su prisionera.
Mucho les place escuchar
Tu dulce, amoroso canto;
Pero dejarte volar...
No, que diz has de mezclar
Con tus placeres tu llanto
Igual, ave, es nuestra suerte:
Si a ti una jaula te dieron,
Prisión a tu audacia fuerte,
De mi alma altiva la muerte
Con sus leyes produjeron.
Como tú quieren que cante,
Y llore a la par también;
Pues si mi mente arrogante
Busca un más allá anhelante,
La aprisionan en mi sien.
Vicenta García Miranda en Campanario (1852), incluido en Antología de poetas románticas (Ediciones Sial, Madrid, 2008, edición de Diego Martínez Torrón).
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