La música del alma ¡cómo suena!
En mar y bosque su murmullo vago!
¡Cómo suspende, arroba y enajena!
¡Con qué divino, irresistible halago
Aduerme los clamores de la pena!
Desierto de aridez, región inerte.
Sin río ni ave, sin aduar ni palma,
Resuena en el silencio de tu muerte
La música del alma.
Dejadme, si a deshoras, sin testigo,
El mudo vuelo de los astros sigo;
Que en la nocturna sombra y en la calma,
Entre el dormido resbalar del viento
Yo escucho descender del firmamento
La música del alma.
Manuel González Prada en Minúsculas (1901), incluido en Antología de la poesía peruana (Ediciones Nuevo Mundo, Lima 1965, selec. de Alberto Escolar).
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"La música del alma" una frase con tanto significado hace que las palabras se vuelvan verso y los versos se sitúen formando el poema.
ResponderEliminarMe encanta!
Un saludoj
Rosa
Si, que enajenación tan consciente, que deseo de traspasar la realidad. Un abrazo.
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