No me gustan esas coronas
tejidas con las hojas del tilo.
Deja de perseguir el lugar
donde aún florece la rosa tardía.
Solícito, procuro que nada añadas
al sencillo mirto. El mirto
te está bien a ti, que me sirves,
y a mí, que estoy bebiendo
al pie de la delgada vid.
Horacio en Carminum I 38, incluido en Antología de la poesía latina (Alianza Editorial, Madrid, 2010, selec. y trad. de Luis Alberto de Cuenca y Antonio Alvar).
Otros poemas de Horacio
A Baco, A Delio, A su esclavo, Venus tardía
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