¡Oh Eva, tan lejana, tan perdida en el tiempo,
perdida en las fronteras de la vida y la muerte:
cómo vemos tu sombra flotando en nuestro espejo,
oh tú, cuya mirada al mundo entero envuelve!
¿Cómo aprendiste a ser la primera novia, única,
puesto que Dios te hizo virgen y hembra en un día?
¿Cómo aprendiste el nombre de las flores y frutas
y al primer reír de hombre reflejar tu alegría?
Eva, hermana lejana, aún nos queda tu nombre.
Aún vestimos igual tu amor y penitencia.
Tras tu sombra perdemos el paraíso al hombre
con igual desespero, humildad y paciencia.
¡Oh Eva, Eva lejana, perdida en el agrado
de amar al primer hombre y hundirlo en tu regazo
hasta que la coyunda te dio el hijo primero...
Mas tu maternidad ¡llevaba el mortal sello!
Julia Tulkens, incluido en Antología de la poesía neerlandesa moderna (Ediciones Saturno, Barcelona, 1971, selecc. y trad. de Francisco Carrasquer).
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