Desde el último setiembre trato de describir
dos colinas de cuarzo y una montaña ocre
—a la luz de una vela— más atrás.
Pero una lagartija vomitó entre la tinta,
un gato se la pasa arañándome —si usted viera mi rostro
yo ando muy absorto como para esquivarlo.
Un viejo, de reojo, bajo la luz del sol
(está metiendo almendras en su bolsa)
más acá de los cerros.
Pero todo este tiempo me dan vueltas
estos murciélagos que caen como fetos sobre el sucio papel.
Alguien, alguna vez, afuera comenzó a tocar un gong.
Y eso me gustaba y me servía; pero en medio segundo
los vecinos lloviéronle pantuflas y otras cosas,
viejos horarios de tren, retazos de carbón.
Me he descoyuntado en este sótano. Socorro. Y sólo me he calmado
yendo y viniendo sobre mi propia sombra,
gozando con el peso de su larga caída.
Y esa lagartija tiene cara de náuseas otra vez. Los búhos
han construido un apestoso nido sobre el Siglo Dieciocho.
Tanta cosa por dos colinas de cuarzo,
una montaña ocre, un viejo
embutiendo todas esas almendras en su bolsa.
Christopher Middleton, incluido en Poesía inglesa contemporánea (Barral Editores, Barcelona, 1975, versión de Antonio Cisneros).
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Es extraño, aún cuando se siente tanta repugne. ...se logra sentir el deseo desdichado de un dolor profundo sin camino...
ResponderEliminarAtascado por esa pureza que entregaba...
Algo natural que abunda en la soledad...
Pues ahí donde lo ver, Edward Lear fue un escritor humorístico.
EliminarAgradezco el trabajo que has realizado este año.
ResponderEliminarRuego a Dios te dé inspiración y ánimo para continuar, nos hace mucho bien la poesía.
Muchas gracias.
Que la gracia, la paz, la armonía, el placer provoquen plenitud de de vida en tu hogar.
Un abrazo.
Igualmente, gracias. De momento, el próximo año seguiré trabajando en el blog. Sigue habiendo mucha poesía interesante que mostrar. Un abrazo.
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