Un cartero trae
el giro.
El otro
el joven tímido
las cartas.
Una la de Perugia
la leo la última.
Y colaboraciones
de Brisbane
de Stuttgart
y Zürich
de Staufen y Greiz.
Galeradas de Munich.
Trabajo no falta.
Los pintores llegan
y pintan las paredes
de un verde azulado.
Los gatos se restriegan contra las piernas
mientras les preparo picadillo
de hígado y corazón.
Dar los buenos días
a hombres mujeres y niños
en el ascensor
en la calle
en el supermercado.
«Hay que ser amables» se decía
a sí mismo
como una amonestación
el viejo
ya sabio
Brecht.
Hans Bender, incluido en 21 poetas alemanes (Visor Libros, Madrid, 1980, selecc. y trad. de Felipe Boso).
Otros poemas de Hans Bender
El joven soldado regresa al frente tras dar tierra a siete camaradas, El prisionero muerto, El repatriado
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