y sanos los libros cuadrados el agua corriendo
limpia por las cañerías
y todos los presos libres
Aunque cada palabra que escribimos hasta entonces
fue honesta una parte importante
de nuestra vida puesta en ello
y no a veces esos
versos laxos, indolentes
esas letanías
Aunque nos dijeran y no solamente los amigos
que éste fue un trabajo honesto
Aunque cada uno de nosotros no llevara
un guardapelo de latón con una foto
de una mujer estrangulada o una niña cosida por la entrepierna
Aunque alguien nos hubiera dicho, joven: Esto no es una llave
ni una pluma de pavo real
ni un cometa ni un teléfono
esto es el fregadero de la cocina la piedra de amolar
acaso nos entregaríamos
más tranquilamente sentiríamos menos alegría criminal
cuando eso llegue como efectivamente llega
clarificando la gramática
y las fijas y mudables estrellas—?
1984
Adrienne Rich, incluido en Siete poetas norteamericanas actuales (Editorial Pamiela, Pamplona, 1991, selecc. y trad. de Rosa Lentini y Susan Schreibman).
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