No se sabe hasta dónde usted es su recuerdo,
su piel ahora requiere de masajes,
de la mano tierna de su criada;
por los balnearios públicos apenas si se le ve
una vez al año y en los diarios se lee
la descripción opaca de lo que se quiere mostrar
como una soledad bien llevada
lejos de cualquier afán publicitario.
El olvido como una manera de estar entre las cosas
de este mundo, la llena de insomnio,
su recuerdo al final de las tardes que la vida
ha convertido en una sola,
en una tormenta al borde de la fiebre
y de los decorados demasiado sabidos.
El tiempo es esa muerte a la cual usted da sus huesos
y los despachos internacionales no tardan en decirlo así,
es decir, que su sombra ha sido vista en este mundo
mientras descendía de un auto en las callejuelas de Roma
o que detrás de sus gafas oscuras
nada alcanza brillo, campo abierto.
Sólo que a veces llueve
y usted evita resfriarse a todo trance
como cualquier anciano a sus años.
Elkin Restrepo en Bla, bla, bla (1968), incluido en Antología de una generación sin nombre (últimos poetas colombianos) (Ediciones Rialp, Madrid, 1970, selecc. de Jaime Ferrán).
Otros poemas de Elkin Restrepo
Bla, bla, bla, Boris Karloff, Conversaciones en el campo de golf, Greta Garbo, La iguana
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