Sangre ya no es el foso jaspeado por los héroes,
ni el clavel hecho trizas que cohíbe al amor,
ni la aurora entreabierta sobre el pecho de Cristo,
ni el manantial de hormigas en la sombra del toro,
ni la huella del pájaro,
ni la armonía del hombre.
Muerte ya no es la encina plantada por los héroes,
ni la ignota galaxia constelada de arcángeles,
ni el fosco laberinto, neblinoso de arcanos,
ni la mar sempiterna, donde acaban los ríos,
ni el nidal de las piedras,
ni el reposo del hombre.
Guerra ya no es la lámina bruñida por los héroes,
ni la noche cruzada por invictas banderas,
ni el jinete ululante que cabalga en el fuego,
ni el huso, doloroso tejedor de la historia,
ni el furor de los dioses,
ni el destino del hombre.
Se aprende a tener miedo.
Miguel Otero Silva, incluido en Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-1970 (Alianza Editorial, Madrid, 1971, selec. de José Olivio Jiménez).
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¿el orden no sería guerra, sangre, muerte?
ResponderEliminarperdón el atrevimiento, pero digamos ¿no os parece?
un abrazo
No sé, a mí no me ha chirriado, de todas maneras habría que ver los otros dos poemas a ver si hay referencia. Un abrazo.
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