Bajo esta piel mestiza duerme un enano
usa mi epidermis como una manta de vagabundo
la enrolla alrededor de su cuello
y, con una taza de café en la mano, pide limosna
Me molesta su olor a acróbata de circo
sus ínfulas de domador de trenes
sus deseos de saltar de una plataforma a la otra
en la estación del metro
En ocasiones, juego a dejarlo descubierto en mitad de la calle
halo mi piel y echo a correr por Lexington Avenue
lo abandono allí, en la esquina de la sesenta y ocho,
con su cuerpo de yuca y su taza de café
corre tras de mí, iracundo
mi piel ondea como una bandera agarrada a mi puño
Bajo esta piel mestiza duerme un bufón
arlequín neoyorquino que bromea en otra lengua
una lengua gruesa como mi piel,
una lengua-manta que cubre a quienes tienen frío.
Carlos Aguasaco, incluido en Arquitrave (nº 45, octubre de 2009, Colombia).
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Bajo esta piel mestiza duerme un enano, Nueva York a ras de tierra
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Que gran poema.
ResponderEliminarPues sí, este hombre es todo un descubrimiento. Tengo colgado otro poema más de él y es magnífico también.
ResponderEliminarEste es uno de esos poemas que no bien lo has leído quieres volverlo a leer.
ResponderEliminarDesde luego que sí, tiene unas imágenes sublimes Aguasaco.
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