La poesía de Fatena al-Gurra es extravagante. Según el Diccionario de la RAE, este adjetivo puede significar:
- Que se hace o dice fuera del orden o común modo de obrar.
- Raro, extraño, desacostumbrado, excesivamente peculiar u original.
- Escribano que no era de número ni tenía asiento fijo en ningún pueblo, juzgado o tribunal.
Tal vez la peripecia vital de esta mujer palestina tan luchadora: Gaza, Egipto, Bélgica..., su escritura sin asiento fijo, su voz sin país reconocido, hacen de su poesía algo fuera de lo común, y de su palabra expresión peculiar. La complejidad de su vida está en sus versos, la fuerza de su voluntad respira en cada página de Excepto yo, un título que ya es toda una declaración, un manifiesto, un puño en alto.
La sensibilidad de Fatena capta matices extremos de erotismo en la mujer que busca su propio horizonte. Genera un lenguaje saturado de ritmo sensual y de imágenes surrealistas. La presencia de suaves caricias de misticismo sufí produce un amplio espectro asociativo que va desde Adonis hasta José Ángel Valente.
Una vida difícil, una poesía en consonancia; toda una vida combatiendo la injusticia y la desigualdad de derechos de la mujer, un grito: "excepto yo!".
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