Mirábamos el cielo. No sabíamos
como empezar a hablar. En ocasiones
es difícil hablar, medir el alma
con las pocas palabras que nos quedan
intactas todavía.
Hubiera sido hermoso hablar del mundo
con sus muertos, sus montes y sus árboles:
"Verás, hijo, en el mundo todo es nuevo
porque Dios no está en balde en cada cosa,
Además..." Pero no,
no pudo entonces ser así y dijiste
algo de mí, admirando mi silencio,
y te encontré a mi lado nuevamente,
te encontraron mis manos, mis sentidos
conjugando a la inversa tu futuro,
volviendo desde allí donde morías.
¿Cómo podías tú entenderlo todo?
Porque a veces se sufre intensamente,
o se goza, también intensamente,
mientras están vacíos nuestros ojos.
José María Portugués Hernando en Viento de Dios (Barcelona, 2004).
Otros poemas de José María Portugués Hernando
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
Me encanta este poema
ResponderEliminarA mí este poeta me encanta, pero lo más curioso es que se autoeditó en libro él mismo, sin editorial de autoedición, y ya casi al final de su vida.
ResponderEliminar¿Pusiste tú el comentario anunciando su fallecimiento? Me gustaría saber más cosas de este hombre.