viernes, 29 de junio de 2007

Sentirse como en casa, por Francisco Cenamor

El viernes 15 de junio de 2007, en Leganés, la ciudad de la que soy y en la que vivo, unos amigos y amigas se empeñaron en convertir la presentación de mi nuevo libro, Asamblea de palabras (Ediciones Vitruvio, 2007), en una especie de homenaje hacia mi persona. La cosa tuvo su gracia y estuvimos al borde de la lagrimita en repetidas ocasiones a lo largo de la velada.
Para empezar, el marco, el Centro Cívico Juan Muñoz, el más céntrico de Leganés, con su recién estrenada calle peatonal. En el Leganés de hace 35 años, aún lo recuerdo, en ese mismo espacio estaban las cocheras del Ayuntamiento, una especie de casas sociales, donde vivían mis abuelos, Ángel y Carmen, y el local de la asociación juvenil franquista OJE, local donde mis abuelos hacían de guardeses (que bonita palabra en desuso) y yo jugaba al ping-pong.
La gente fue llegando al acto lentamente, hasta llegar a las más de sesenta personas; personas de los más variados ámbitos de mi vida: miembros de mi familia, un hermano, un sobrino, una tía, una prima; muchos amigos y amigas; gentes de la parroquia del barrio; miembros de las asociaciones de escritores Patrañas, de Leganés, y Esfera de Letras, de Fuenlabrada; el anterior alcalde de Leganés, que dejó el cargo ese mismo día, con su esposa y mi amiga; otra poeta leganense (aunque nos llaman pepineros) que empieza a despuntar, Inma Luna; Cribby, una chica gótica que aparece en mi libro; y lo más fuerte, miembros del canal Poesía_amistad, agitadores de mi poesía, que llegaron desde Las Rozas, Granada y Orense…
José María Bueno (Chema, el Pibe, Arcipreste de Leganés) fue el encargado de presentar el acto, y lo hizo de una forma muy emotiva, recordando experiencias que habíamos vivido juntos. El cantautor Javier Gijón interpretó un par de canciones suyas, también muy emotivas, hablando sobre la amistad y el amor. El profesor de filosofía y ensayista Hilario Ibáñez, con quien estuve coordinando grupos de jóvenes en el barrio durante los últimos ocho años, elaboró un power point con una bella música, unas bellas imágenes y versos entresacados de mis poemas.
Se me olvidaba decir que antes de empezar, Chema repartió poemas míos a quienes iban llegando, y después de la presentación de power point, animó a que leyera quien quisiera el poema que le había tocado. Qué emocionante, no hubo ni un momento de duda, recitó mucha gente. Y lo más increíble: por azar, la última en recitar fue una chica con discapacidad (personas hacia las que guardo un gran cariño después de ser monitor durante muchos años) y precisamente le había tocado el poema que marca mi revolución personal de hace unos años:
nueva huida hacia delante
adulto aún joven
treinta y tantos años
busca proyecto ilusionante
para volver a empezar de nuevo
abstenerse los de siempre
Y luego mi amigo Santi, Santiago de la Iglesia Guardia (con esos apellidos tan opuestos a su carácter), hizo una entrañable semblanza mía con la que reímos y lloramos. Y como de palabras iba también la velada, me puso en estas palabras: “Travestido, pacifista, punki, drag queen, okupa, actor, autodidacta, parroquiano, contertuliano radiofónico, nudista, ecologista, solidario, coqueto, glotón, romántico, urbanita, ñoño, enamoradizo, miedoso y charlatán un poco pedante a veces,… pero buen chico”. Para llorar de emoción, jaja.
Al final recité, apenas cuatro o cinco poemas. Lo que yo digo: más que la presentación de mi libro, aquello fue un homenaje, jaja. Gracias a todas y todos.

2 comentarios:

  1. Fue una auténtica delicia poder estar allí.

    Gracias por invitarnos.

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  2. Uy, que va, para mi fue un placer que vosotros estuvieseis allí. Gracias.

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