en el escroto de la criatura
sin comienzo y sin final sus nombres
pronunciados aquí en menor, allá en mayor
¿El ayer dorado? Pero ellos olvidaron la muerte
la primera herencia en el átomo
la obligación de procrear. Los segundos devoran
nuestras células, nuestras catedrales más claras
Ante el espectáculo de nuestros fuegos de estacas
nos vemos ciegos y heridos
hermano, no me preguntes por el final –
quien lo sepa, carece de boca
Rose Ausländer, incluido en Revista Poesía (Venezuela, julio de 2023, trad. de Geraldine Gutiérrez-Wienken).
Otros poemas de Rose Ausländer
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: