y el destino te hizo caer.
Te enamoraste de una negra como la noche,
que ha enlutado el resplandor de la belleza.
No brilla la alegría en sus tinieblas,
como tampoco se ve en ella el pudor.
¡Por Dios! Dime, pues eres el más sabio
de todos los que se enamoraron:
¿Quién se enamoró nunca de una noche
sin luz y sin flores?
Hafsa bint al-Hayy al-Rukuniyya, incluido en Poetisas arábigo-andaluzas (Diputación Provincial, Granada, 1985, ed. de Mahmud Sobh).
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Simple el poema pero bello, la tiniebla sin alegría, es tiniebla que ahoga.
ResponderEliminarEs una constante en esta poesía andalusí: la belleza y la sencillez.
EliminarFelicidades
EliminarMuy bien a esta personas felicidades
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