martes, 18 de enero de 2011

Poema del día: "Ocupaciones veraniegas", de Eugénio de Andrade (Portugal, 1923-2005)

Por fin dispongo de tiempo, hasta dispongo de tiempo para hacer lo que quiera de mis días, por ejemplo, tumbarme al sol y aguardar la llegada de las hormigas. No pueden tardar, y cuando lleguen aquí me encuentran, a mí, que soy vacilación, o lo que quede de mí, buenas noches, unas sandalias, unas gafas, algunas sílabas casi de vidrio. Tengo que pensar en lo que diré a criaturas tan susceptibles; sería de mal gusto distraerlas de sus ocupaciones, les hablaré del trigo rojo de Hungría, a veces casi violeta, de los cardos de Epidauro rastreando en la tierra, en busca del corazón del agua. Pero cuando me volví para seguir el vuelo de un pájaro, me di cuenta de que el tiempo había cambiado, las hormigas no vendría ya. En efecto, el sol se había nublado, la lluvia no tardaría, torrencial. ¿Y ahora, quién te ayudará a soportar la eternidad?

Eugénio de Andrade en Memoria de otro río (1978), incluido en Antología poética 1940-1980 (Plaza & Janés Editores, Barcelona, 1981, versión de Ángel Crespo).

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5 comentarios:

  1. Quizás nos ayude la propia existencia, mientras seamos más grandes que las hormigas pero no menos importantes que ellas.

    Un relato sensible, genial.

    Mis felicitaciones Eugenio,

    saludos.

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  2. Eugénio estará ya con sus hormigas en el cielo. Disfrutando la belleza.
    Un saludo.

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  3. ¡Quién sabe!, quizás el cielo no es el lugar exacto para los genios.

    Besos.

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  4. O la eternidad, como prefiere De Andrade.

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