“Se hallaba tendido en una chaisse-longue, y tenía
en su blanca mano una rosa sin perfume”.
D. Mirbeau
Es tan adorable introducirme
en su lecho, y que mi mano viajera
descanse, entre sus piernas, descuidada,
y al desenvainar la columna tersa
-su cimera encarnada y jugosa
tendrá el sabor de las fresas, picante-
presenciar la inesperada expresión
de su anatomía que no sabe usar,
mostrarle el sonrosado engarce
al indeciso dedo, mientras en pérfidas
y precisas dosis se le administra
audacia. Es adorable pervertir
a un muchacho, extraerle del vientre
virginal esa rugiente ternura
tan parecida al estertor final
de un agonizante, que es imposible
no irlo matando mientras eyacula.
Ana Rossetti en Yesterday (Ediciones Torremozas, Madrid, 1988).
Otros poemas de Ana Rossetti
Bárbara, niña, presiente su martirio, Inconfesiones de Gilles de Rais, Mayo, Santifícame
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Increiblemente humano, carnal. Y de una belleza instantánea total.
ResponderEliminarDesde luego, hoy, después de dos meses de baja, no será tan difícil reincorporarse después de mis lecturas poéticas de esta mañana: Luis García Montero, cuyo libro devoro y esta delicadeza brutal de Anna Rossetti.
Gracias,
Mar
Si te gusta la poesía española, espero que no estés olvidando a Antonio Gamoneda, María Victoria Atencia, Victoriano Crémer, María Elvira Lacaci, José Ángel Valente...
ResponderEliminarVale, vale, profe. ¡Joder, qué caña!
ResponderEliminarMe gusta sí. Intento disfrutarla. Pero me agobio cuando pienso en todo lo que no he leído. Así que no voy a darte las gracias por "recordarme" todo lo que me queda por leer.
Sí, jajajaja, es que estoy muy motivado con que se lea a quienes no han tenido tanta promoción como otros.
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