¿Ha vuelto el diluvio a anegar la tierra
y no puede ya verse si no el mar?
¿Ya no hay hombres, ni pájaros, ni vida?
¿Ha sido el mundo todo aniquilado?
¡Cuán dulce me sería ver ahora
un monte o una fosa o el desierto!
Miro por todas partes y no hay nada,
solo el agua y el cielo y el abismo,
y Leviatán haciendo hervir las olas,
como si el mar quisiera encanecer;
y el corazón del mar oculta el barco,
cual si estuviera en mano de ladrón.
Mi alma se alegra al ver el mar airado
que me lleva hacia el templo del Señor.
Yehuda ibn Samuel Ha-Leví en Antología poética (Altalena Editores, Madrid, 1983, trad. Rosa Castillo).
Otros poemas de Yehuda ibn Samuel Ha-Leví
Con rodillas vacilantes..., En el corazón del mar digo a mi corazón..., ¿Ha vuelto el diluvio a anegar la tierra..., Moaxaja (I, II)
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