A veces, mientras paseo en la noche,
me detengo ante una carnicería cerrada.
Hay una sola luz encendida
como la luz en la que el convicto cava su túnel.
Un mandil cuelga de un gancho,
manchado de sangre como un mapa
de los amplios continentes de la sangre,
de los amplios ríos y océanos de sangre.
Hay cuchillos que fulgen como altares
de una oscura iglesia
donde inválidos e idiotas
son traídos para la cura.
Hay una tabla de madera donde se rompen huesos.
Ha sido refregada y está limpia,
cauce reseco donde me alimento,
donde, en lo más hondo de la noche, escucho una voz.
Charles Simic en Desmontando el silencio (Ayuntamiento de Lucena, Lucena, 2004, traducción de Jordi Doce).
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buena discripcion...
ResponderEliminarun beso
ts
Sí, estoy encantado con este poeta, me gusta mucho.
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