Melchor, Gaspar y Baltasar.
Se inclinan con sus esplendores
y al Niño adoran sin cantar.
Dios no es rey ni parece rey,
Dios no es suntuoso ni rico.
Dios lleva en sí la humana grey
y todo su inmenso acerico.
El cielo estrellado gravita
sobre Belén, y ese portal
a todos los hombres da cita
por invitación fraternal.
Dios está de nueva manera,
y viene a familia de obrero,
sindicato de la madera,
el humilde es el verdadero.
Junto al borrico, junto al buey
la criatura desvalida
dice en silencio: No soy rey,
soy camino, verdad y vida.
Jorge Guillén en Clamor, antologado en Los grandes poemas de Aire nuestro (Editorial Castalia, Madrid, 1996) y reproducido por Casiano Floristán en Al celebrar tu memoria. Poemas para domingos y fiestas (Editorial Sal Terrae, Santander, 2005).
Otros poemas de Jorge Guillén
El aire, Epifanía, Hormiga sola, Más allá (VI), Viernes Santo
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