Europa-
Para entendernos mejor
aprendí un par de tus idiomas
pero tú ni siquiera has intentado pronunciar correctamente mi apellido.
En nuestra primera cita
me reí a carcajadas – como solía hacer mi gente,
luego aullé de dolor – como solía hacer yo,
pero me advertiste
que después de las 10 de la noche cualquier sonido se considera ruido.
Europa-
Me has sorprendido tanto como yo
porque me he vuelto mucho más pálida y rubia que tú
al sentir en mis aguas tus gritos de protesta
contra lo que no he elegido.
En las noches de tus hombres de ojos azules, sangre azul y pasaporte rojo
he conocido tu sueño
pero tus mañanas nunca me han pertenecido, Europa.
Has hecho el amor conmigo, pero nunca me has pedido la mano.
Europa-
Esperabas los cuentos de las mil una noches
pero nada pude recordar de la oscuridad de mi infancia
llena de bombardeos y gritos de guerra…
Todos los niños dentro de mí han crecido…
Todos los soldados dentro de mí están cansados…
Todos los vagabundos de mi alma se han perdido…
He venido a sentarme en tu regazo y a ser nada
para calmarte un rato…
Europa-
Mi corazón pesa más que estos 56 kilos que ves –
Pero si no te importa mi corazón,
puedes pasar a mi cuerpo.
Tatev Chakhian, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 3, febrero 2021, Chile, trad. de Marisa Martínez Pérsico).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: