Oye, Filena mía,
por qué en tus años tiernos
tengas el desengaño
antes que el escarmiento.
Ese todo, que ahora
te llena de embeleso,
y en cada parte suya
te ofrece un placer nuevo.
Ese conjunto alegre
de músicos conciertos,
de danzas, de teatros,
festines, y paseos:
al pasar cada uno
oye que va diciendo:
nada en el mundo dura
todo lo acaba el tiempo.
Esas, que al campo hermoso
en su verdor ameno,
matizan bellas flores
de colores diversos.
No son las que ayer viste,
pues su lugar cedieron
a nuevos individuos
de su florido reino.
Mas todas destruidas
del riguroso invierno
presentarán lo triste
de un árido terreno.
Entonces mudamente
te dirá el campo seco:
nada en el mundo dura,
todo lo acaba el tiempo.
Mira esa hermosa tropa
de jóvenes sin seso,
que en pos de los placeres
corren sin conocerlos.
Después que se han cansado,
ya con el dulce acento,
ya con ligera planta,
agitándose el pecho
examina y repara
si no ha sido su objeto
del próximo la ruina,
la envidia de su sexo.
Sus gozos se transforman
en pesares y celos,
nada en el mundo dura,
todo lo acaba el tiempo.
María Gertrudis Hore, incluido en Antología de poetas españolas. De la generación del 27 al siglo XV (Alba Editorial, Barcelona, 2018).
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