Septiembre, ¡qué sé yo! ¡Cómo hay cansancio!
¡Quién fuera como tú, dulce y callado,
tan avenido, afín, con tu tristeza!
¡Quién pudiera aprender tu modo suave,
casi infantil, de andar entre hojas muertas,
y jugar como tú con lo marchito,
sin sufrir ni llorar, como si nada,
sabio, inocente, compasivo, estoico.
Septiembre; dame tu lección de calma,
tu canción delicada en la llovizna,
tu dorada paciencia con los vientos,
la sonrisa impasible de tus ramas perdidas
y tus resignaciones de mujer.
Pura del Prado, incluido en Cinco poetisas cubanas (1935-1969) (Ediciones Universal, Miami, 1970, ed. de Ángel Aparicio Laurencio).
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