Como piel de serpiente
te volteo al revés
viejo vestido,
para usar uno nuevo.
Contigo desfilan lejos del corazón,
de cada arruga,
de cada pliegue del cuerpo,
ruidos estridentes,
olores de encierro,
angustias contenidas,
lágrimas marchitas,
burbujas de esperanza
deshechas,
besos vacíos,
palabras rotas,
aquello que fue
aquello que hubiera podido ser.
Pero la luna me ha amado,
estrellas brillantes se filtran
en mis venas.
La luz del sol me alcanza,
su calor me atraviesa,
la lluvia invade
las grietas que quedan.
Poco a poco
mi corazón se expande en el horizonte,
como una esponja
vuelve a encontrar su espacio,
se abren flores,
colores,
uno dentro del otro
uno más grande que el otro
uno encima del otro.
Germinan nuevas semillas.
Querido,
de ti no necesito más.
Me había perdido en ti
solo para descubrir
de que color soy.
Elisabeth Grech en Terre sospese (2019), incluido en Revista Kametsa (Perú, 31 de mayo de 2021, trad, de Marisol Bohórquez Godoy).
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Esta poeta maltesa, Elisabeth Grech, 1978, es distinta!
ResponderEliminarSerá el aire mediterráneo.
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