Pasado el mediodía, sobre el rostro dibujado en el espejo en mi mano izquierda,
depilé con cuidado las patillas una a una.
Afeité las cejas, las delineé, moví la boca y coloreé los labios.
Cogí una peluca salpicada de polvo azul y me la puse, y una cinta dorada en mi frente.
Para esconder mi laringe, otra cinta parecida pero más ancha.
Me puse brazaletes, tobilleras, sandalias de piel de cordero.
Sobre mi cabeza, una túnica amarillenta por el uso, apestando a sudor.
Me limpié los dientes, escupí, mastiqué una hierba fragante.
Froté con un dudoso aceite perfumado las axilas y el ombligo
y salí del espejo, hacia una galería del colapsado cementerio.
Sólo dioses jóvenes y viajeros pasaban.
Un pájaro esmeralda y parlante se posó en un árbol esmeralda y cantó:
«Eres un hombre. Eres un hombre. Y además, estás viejo».
«En el camino desolado donde los sagrados dioses y viajeros van y vienen,
¿no son todos los seres míseras prostitutas?»
A voz en cuello gemí en la tarde esmeralda.
Mutsuo Takahashi en A Bunch of Keys (1984), incluido en Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica. Panorama general (La Esfera de los libros, Madrid, 2002, selec. de Luis Antonio de Villena, trad. del inglés de Martín Rodríguez-Gaona).
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