no es ni helecho ni zarzamora
la muerte
elijo la vida lenta
esta vez
el sosegado envejecer del árbol
que tengo delante
y que ahora me sostiene
el camino infinito
hacia el mar que vi por primera vez
aquellas montañas gigantes desplomadas
en un cambio de estado de inmensidad
y el lento sumergir de mi ser
en un coro antiguo de aguas
lágrimas
que se mezclan con la sal
y se vuelven plegarias
reminiscentes caricias de la diosa petrificada
dentro de mi primer sueño
elijo la vida lenta
esta vez
ignorar que el árbol siempre reverdece
soñar dentro de este mismo sueño
rezar en octosílabos que encierran el sentido último del mundo
y curan para siempre todas las heridas
olvidar a la madre
olvidar al padre
mas sin ser huérfana
sentirme hija madre diosa hermana hada bruja
más allá de la vida
más allá de la muerte
que no es ni helecho ni zarzamora
sino oscuridad y caverna
círculo y esfera
de nuevo y siempre
fulgor destello luz
Corina Oproae en Temprana eternidad (2019), incluido en Nueva York Poetry (EEUU, 29 de agosto de 2020).
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ResponderEliminarSi, es muy buena.
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