Surgen murmullos en el alba del tiempo
y se imprime la contraseña de la ausencia y el olvido
pero nada percibo en el paisaje.
Miro por los agujeros de los siglos y me envuelve la niebla...
un recuerdo de anémonas en el confín de la memoria
y el estupor del desarraigo y la amnesia.
Debo estar muerta
pues el agua que baja de la montaña
me acaricia en forma de nube y no la siento.
Hablo con los pájaros de lluvia pero no me escuchan.
Grito en las praderas
y nadie viene a plantarme una flor para que me acompañe.
No oigo a los arroyos bramando de coraje
por no transportar magnolias y olas de arco iris.
Llego a la fuente del principio y se ha secado.
Voy al final de la desembocadura del río y no la hallo
se hizo mar
mar impotente siniestro y silencioso...
Y la sombra se extiende a la vertical misma
donde se arrodilla el silencio.
He llegado a la conclusión de que no existo
pero lo demás son transparencias de lluvia
fantasmas de la luna
antiguas luminarias de los astros
en las que yo creía cuando estaba segura de vivir.
Las había construido
para no encontrarme cara a cara con la ausencia.
Juana Vázquez en Poemas de media noche, incluido en La voz y la escritura 2006. 80 nuevas propuestas poéticas desde los viernes de la Cacharrería (Ediciones Sial, Madrid, 2006).
Hermoso poema.
ResponderEliminarSi, emocionante. Me alegro de que te guste. Un abrazo.
Eliminar