Salgo al balcón y miro
Aparentemente no pasa nada importante, sin embargo,
la mujer del taxista, la del primero, sube a la anciana,
la del tercero, queso y pescado y los recuerdos que le faltan
Aparentemente nadie salta a la vista, sin embargo,
el chico rubio del quinto ha cogido vacaciones
para irse por ahí con los chavales
y su hermana saca a pasear al hijo del taxista,
que quedó en silla de ruedas cuando lo de la moto
Aparentemente nadie parece importar a nadie, sin embargo,
la chica que estudió con el de la moto, la que estudió medicina,
ayer mismo volvió de África después de un año
(su primer novio, sólo tenían trece años,
se ha quedado a cuidar a los hijos de la mujer ecuatoriana
mientras ella espera en interminables colas poder arreglar sus papeles)
Aparentemente nadie parece destacar, sin embargo,
el marido de la mujer ecuatoriana salvó de una paliza
al chico marroquí que vive en el bajo,
el de la puerta de al lado, el que no quiso ir al servicio militar,
vuelve del poblado gitano y saluda a la chica de la frutería,
la que le da fruta al que recoge los cartones en mi barrio
Aparentemente, digo, no pasa nada importante
Francisco Cenamor en Ángeles sin cielo (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003).
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Muy bonito, Francisco. Me ha conmovido el poema. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarVaya, pues me alegro mucho, un abrazo.
EliminarMe encantó porque pasa por pluma algo tan importante como la vida, como la composición del día a día con sus vistas y secretos... ❤️❤️❤️
ResponderEliminarMirar lo cotidiano nos inspira.
Eliminar¡Interesante descripción poética de la vida cotidiana, Francisco!
ResponderEliminarLo que sucede por ahí.
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