el patio de huesos como una instalación correccional.
Árboles nudosos se inclinaban sobre la mayor parte de la llanura.
Cayendo en picado el resto en la tristeza.
El viento aullaba como una escena escalofriante
en una película de terror.
Se dejaron caer hojas muertas para rendir homenaje al suelo.
Coloquio censurado.
Cuerdas vocales rotas.
Pase de lista en ausencia.
Un asesinato de cuervos, zancadas y graznidos
sobre el césped bien cuidado.
Filas de mármol desgastado
y madera caída desprovista de epitafios.
Versificadores desechados.
Letristas comedidos.
Dramaturgos arrestados.
Manuscritos a lápiz azul.
Epístolas de inmortalidad ligadas a la descomposición
de las reliquias de los poetas del pasado.
¡La historia nos rendirá homenaje!
Mientras los últimos rayos del sol moribundo desaparecen
detrás de los techos de mabati
la temporada de duelo se desvanece.
El rocío de la mañana brillará sobre la hierba
y el amanecer será otro desvío.
Mientras nuestros huesos se elevan para encontrarse y saludar al sol.
Que se sepa por todas partes.
Nuestras palabras son epitafios
en el manuscrito de la vida.
Carolyne M. Acen, incluido en Revista Kametsa (Perú, 17 de septiembre de 2021).
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La ultima estrofa es brutal.
ResponderEliminarGracias por compartir. Un abrazo
Si, magnífico estallido final. Subiré otro más adelante.
Eliminar¡Muy buena poeta, la Ugandesa!
ResponderEliminarSí que lo es.
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