Recuerdo oscuras aguas de invierno,
recuerdo esbeltos abetos blancos,
recuerdo soñolientas colinas en el crepúsculo,
recuerdo haber cruzado en tren a todo lo largo de New Hampshire.
Recuerdo una estación llamada “Halción”, y un frenero gritando a los pasajeros “Halción, Halción”.
Recuerdo haber oído decir a los sacadores de oro que apenas sacaban suficiente para el anillo de matrimonio.
Recuerdo un apuesto muchacho diciéndome: que su padre recibe cartas con sólo la dirección “Robert Frost, New Hampshire”.
Recuerdo un viejo irlandés diciéndome: “Tiene una cara de violín y todo el que lo ve tiene que amarlo.”
Tengo un recuerdo, dos recuerdos, diez recuerdos; tengo un pequeño envoltorio de recuerdos en un pañuelo.
Una estrella temprana acunada en la luna
un río oscuro con un puñado de estrellas aprisionadas.
Las luces de un automóvil subiendo una colina,
un tiro de caballos arrastrando un trineo cargado de leña,
un muchacho en esquís enderezándose tras un sopapo.
Recuerdos de uno en uno y uno en uno, cruzando en tren a través de New Hampshire: tengo un pequeño envoltorio de recuerdos en un pañuelo.
Carl Sandburg, incluido en Antología de la poesía norteamericana (Fundación editorial El perro y la rana, Venezuela, 2007, selec. de Ernesto Cardenal, trad. de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal).
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