Fue tan feliz, Teresa, vuestra suerte,
que el Dios de amor, de vuestro amor prendado,
la mano os viene a dar de desposado,
queriendo unirse en vos con lazo fuerte.
Y como bienes de sus manos vierte,
tanto bien deste bien os ha tocado,
que en vos de Cristo se hallará el traslado,
pues fuistes toda amor en vida y muerte.
Y para más honraros, Virgen santa,
cuando su clavo os da, prenda preciosa,
os manda que celéis su honor divino.
¿Quién de tan gran prodigio no se espanta
y de cuán bien seguís la empresa honrosa,
pues otro Elías en vos al mundo vino?
Isabel de San Francisco, incluido en Las primeras poetisas en lengua castellana (Ediciones Siruela, Madrid, 2016, ed. de Clara Janés).
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: