Soy el silencio del desierto y también el de los peces.
Soy el absurdo de la palabra “nuevamente”.
Soy la distancia mantenida
entre los copos de nieve.
Soy la extensión del camino.
Soy la diferencia entre
los varones y las mujeres.
Soy la soledad de las islas.
Soy el objeto.
Soy la predicción de las gitanas.
Soy la tarifa de transporte.
Soy el hábito del canario.
Soy el primer sorbo de cerveza.
Soy la desviación del incrédulo.
Soy la inmortalidad del muñeco de nieve.
Soy la chatura de los cuadros.
Soy el borrador de Tigran P.
Soy la inutilidad de la mercancía.
Soy la trayectoria de la caída.
Soy la encrucijada
Soy el perímetro de los lagos pequeños.
Soy la orilla opuesta de los grandes mares.
Soy la inmovilidad de los monumentos.
Soy el ciclista yendo del punto A al punto B.
Soy la seguridad de la pesa.
Soy casi mi fotografía.
Soy la lisura del canto rodado.
Soy la convulsión de las ciudades.
Soy Babilonia.
Soy la ciudad-fortaleza del Erebuní.
Soy el valle de Vayq:
Soy el carro encontrado en Lchashen.
Soy el salario de las putas.
Soy los camiones de la basura.
Soy la libertad de los sindomiciliofijo.
Soy la coima dada a los jueces.
Soy el roce del trineo y de la nieve.
Soy la habladuría.
Soy la estupidez del Artavazd.
Soy la monótona rima de los ashugh.
Soy el ciclista volviendo del punto B al punto A.
Soy el parecido de alguna cosa.
Soy la vidriera de los negocios.
Soy la inexactitud de la palabra ‘maravilloso’.
Soy el tiempo lindo del año pasado.
Soy el dorso del papel blanco.
Soy la sala de espera de la estación.
Soy la telaraña.
Soy la imagen perdida de los ancestros.
Soy la gaviota Juan Salvador de Richard Bach.
Soy un estúpido.
Soy el momento antes de la madrugada.
Soy el guarda horas.
Soy el intérprete de los sueños de los estúpidos.
Soy el vagabundo.
Soy el último caso.
Soy el corcho del vino de cien años.
Soy la hierba curtida.
Soy la duración de la paz.
Soy el momificante del cuerpo del faraón.
Soy los dos puntos.
Soy ‘La carroña’ de Baudelaire.
Soy la medida del miedo.
Soy el precio del agua.
Soy el gruñido del perro.
Soy el corte de los viejos robles.
Soy la divinidad que muere-resurge.
Soy el minutero del reloj.
Soy Ardjuna.
Soy el ajo, colgado en el balcón.
Soy la causa de la muerte de Abovyan.
Soy el pibe que jura ‘en nombre de la vida del padre’.
Soy el tren que sale a las seis.
Soy el prado del Gandzasar.
Soy los pétalos del crisantemo blanco.
Soy Horacio.
Soy los cincuenta drams caídos en el camino.
Soy la oscuridad de la aldea.
Tigran Paskevichyan, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, febrero de 2020, Chile, trad. de Alice Ter-Ghevondian, versión de Ana Arzoumanian).
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