Resuelta en polvo ya, mas siempre hermosa,
sin dejarme vivir vive serena
aquella luz, que fue mi gloria y pena,
y me hace guerra, cuando en paz reposa.
Tan vivo está el jazmín, la pura rosa,
que, blandamente ardiendo en azucena,
me abrasa el alma de memorias llena:
ceniza de su fénix amorosa.
¡Oh memoria cruel de mis enojos!,
¿qué honor te puede dar mi sentimiento,
en polvo convertidos sus despojos?
Permíteme callar solo un momento:
que ya no tienen lágrimas mis ojos,
ni concetos de amor mi pensamiento.
Félix Lope de Vega, incluido en Poesía de los Siglos de Oro (Epublibre, Internet, 2002, ed. de Felipe Pedraza y Milagros Rodríguez Cáseres).
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