Cuando terminé de confesarme
la cruz. . . . . . . . .se reflejó en tu rostro
¿Cuántas veces dije sayonara?
¿Cuántas veces dije ahora o nunca?
¿Y cuántos
inútiles. . . . . . . . .y amargos errores cometí?
. . . . . . . . .No es la primera vez
. . . . . . . . .que rompo un vidrio
. . . . . . . . .¡Tampoco la primera
. . . . . . . . .que escribo en rojo!
Pasé por tantas cosas dolorosas
por tantas. . . . . . . .despedidas
y todo por seguir buscando
creyendo
en un. . .principio sin final
Cada vez que apuesto al ahora o nunca
ofrendo mi sayonara como sacrificio
y así, gradualmente
mi sacrificio empezó a engordar
hasta Dios engordó con él
y sólo yo me volví más decrépita
un tributo único y terrible. . . . . . . . .que dejé
para que vieran y contemplen tus pupilas oscuras
Ah sí. . .otra Cruz que se refleja en tu rostro
y después
vas a recibir el castigo de mis crímenes
vas a sentir el dolor de mis heridas
–es el principio. . . . . . . . . . . . . . . . . .sin final
Sachiko Yoshihara en Enredadera japonesa (1974), incluido en Buenos Aires Poetry (Argentina, 22 de junio de 2020, trad. de Mat Chiappe).
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