Los pájaros no se imaginan. Se ven
y ventilan el aire.
Un pájaro: el aire
no se imagina
aves
ángeles
gregales,
montones, triángulos
en orden, pirámides que vuelan
con la espalda al cielo.
Los pájaros
nada se imaginan. Vuelan.
Los pájaros, en general, no se imaginan
este aire. Lo husmean,
pasan, corrigen,
pisan,
conservan:
milenios
y el mismo norte, la misma
agua. Los pájaros
no se imaginan
el agua, la misma
entrada a la continuación
del viaje, el mismo
sur: regresan.
Los pájaros no se imaginan.
Ahí siguen.
Profundo el aire
como el agua del mar
que es alta
desde el fondo.
Luis Vicente de Aguinaga, incluido en La luz que va dando nombre. Veinte años de la poesía última en México (1965-1985) (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 2007, selec. de Alí Calderón, José Antonio Escobar, Jorge Mendoza y Álvaro Solis).
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: