y se derretirá la nieve blanca.
Habíamos guardado de la yegua un potrillo
que habías elogiado por su raza tan pura
y poderlo montar y correr velozmente
después de que te cures.
En él cabalgarías desde el mismo barranco,
irías a las fiestas para participar en las carreras.
No pudimos pensar que cuando la pradera se pusiera tan verde,
jamás ensillarías aquel potro salvaje.
Un potro de carreras sin su dueño no será bien cuidado.
Tampoco encontraría un amo conveniente.
Se le oye relinchar en medio de su cuadra
antes de que amanezca, echándote de menos.
Su brío fue heredado de su raza.
Rompió todas las cuerdas que le ataron.
Un día destrozó la valla de los sauces
donde pasaron noche caballos numerosos.
No sé qué es lo que atrajo su atención.
La gente lo miraba retozando.
¡Pobre salvaje ansiando libertad!
Sin embargo volvió para entrar en su cerca.
Hoy ha bebido agua de un cubo entre mis manos.
¿Quién sería capaz de entender la tristeza de un equino?
...Nos hemos convertido de indomables en mansos.
¡La vida reconoce su potente energía!
Akushtap Baktyguereyeva, incluido en Antología de la poesía kazaja contemporánea (Siglos XIX, XX y XXI) (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2017, selec. y trad. de Justo Jorge Padrón).
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