Así lo dejó dicho Coyolchiuhqui:
De pronto salimos del sueño,
sólo vinimos a sonar,
no es cierto, no es cierto,
que vinimos a vivir sobre la tierra.
Como yerba en primavera
es nuestro ser.
Nuestro corazón hace nacer, germinan
flores de nuestra carne.
Algunas abren sus corolas,
luego se secan.
Así lo dejó dicho Tochihuitzin.
(Nota: en algunos países de habla hispana "sonar" se usa como "morir").
Tochihuitzin Coyolchiuhqui, incluido en Trece poetas del mundo azteca (Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas, 2006, selec. de Miguel León-Portilla).
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